Los hombres doctos de las civilizaciones preatlanteanas concibieron una sólida teoría sobre la maleabilidad del despaciotiempo. Sostenían que no existe un pasar uniforme de los momentos sino una percepción colectiva del transcurrir, que se alcanza más por inercia que por intención. El despaciotiempo surge cuando el tiempo se estira para un subconjunto del colectivo. Así se genera una desviación en la cronocorriente, que cierto árabe loco insistía en llamar cronocorriente paralela. Quienes transitan esta bifurcación se sorprenden ante el desconcierto de aquellos que, varados en el cauce temporal ordinario, vociferan desde su realidad enajenada.
Zemog Oderam, Obras completas. Vol. 4 “Tratado sobre los días fuera del tiempo”
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ResponderEliminarhermoso
concatenar
de palabras
que detienen
mi pensar
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Reverencias
ResponderEliminarsinceras
desde la orilla
del Río
color bronce